sábado, 10 de diciembre de 2011

La Cibeles vallada



Una de las situaciones que más he agradecido este año es el hecho de haberme encontrado en el extranjero cuando acontecieron los impresentables sucesos de la vuelta de la Supercopa, con el 'dedazo' de José Mourinho guiando los designios del sector más radical del madridismo. Me enteré de lo ocurrido a través de un SMS que un amigo me envió comentando el partido -más bien comentaba los hechos acaecidos al final del choque- sin saber que yo a aquellas horas estaba de vacaciones en Italia y ni recordaba que había fútbol.

Pocos días después regresé a España y, obviamente, todavía duraba la crispación entre los dos gallitos de nuestro balompié. No era para menos, dado el esperpento desencadenado tras la patada de Marcelo a Cesc. Celebro haber visto las imágenes de aquel espectáculo dantesco varios días después de la noche de autos, pues si lo hubiera presenciado en directo seguramente mi salud mental habría quedado severamente afectada.

Los incidentes del Camp Nou aquel 17 de agosto parecen haber marcado el límite de la estrategia de crispación diseñada por Mou. Tras ese escándalo, sus ruedas de prensa y sus aspavientos desde el banquillo ya no han vuelto a ser lo mismo. En algunas comparecencias ante los medios lanza pequeñas pullas e indirectas, pero nada comparado a lo de antes. Por eso ha decidido no sentarse ante los micrófonos antes de que el Real Madrid reciba hoy en el Bernabéu al Barcelona. Poco o nada se puede agregar ya a la campaña de la tensión.

Ante el silencio de 'The Special One', hoy hablaremos de otros profesionales de la crispación -que no de la información- en los medios de amplia difusión nacional. Esos que se dejan llevar por los colores antes y después de los partidos, sobre todo cuando llega el Clásico. Hace algo más de un año, el Barça goleaba al Madrid en el primer derbi con Mou en el banquillo blanco. Fue un varapalo totalmente inesperado, sobre todo para los de Chamartín y sus medios afines. Recuerdo que uno de nuestros reales manipuladores favoritos, Jesús Alcaide, se mostraba muy confiado en la victoria del Madrid pocos días antes del choque.

Contribuyó a esa sensación la gran victoria de los merengues en el campo del Ajax, aunque la plantilla del equipo holandés no era precisamente la que se proclamó campeona de Europa en 1995. 'La máquina de matar ya asedia el Camp Nou' era el título del post en el que Alcaide daba un tono de epopeya a lo visto en el Amsterdam Arena. Pocos días después, la máquina de matar sufría un cortocircuito.

No he leído su blog hoy ni tampoco a otros ilustres profesionales del madridismo. Imagino que darán la victoria por hecha, y más ahora que el Madrid marcha líder y el Barça está pasando apuros en sus partidos a domicilio. Lo malo para ellos es que vender la piel del oso antes de cazarlo no siempre sale bien. Recuerdo que el 2 de mayo de 2009 recibí otro SMS, también del mismo amigo que mencioné antes. El texto era breve: "...y la Cibeles vallada", decía. Era un sábado por la noche y justo antes de recibirlo había finalizado un partido en el Bernabéu.

Evoco ahora esta historia porque días antes de aquel duelo Tomás Roncero había publicado uno de sus textos más personales en 'As'. Se titulaba 'Barça, ríndete'.

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