viernes, 25 de mayo de 2012

¿Cuándo se ha suspendido alguna competición deportiva en Francia por silbidos a 'La Marsellesa'?


Uno de los inspiradores que Esperanza Aguirre adujo para defender su idea de suspender la final de Copa fue Nicolas Sarkozy. Las palabras textuales de la 'Lideresa' fueron las siguientes: "El anterior presidente de Francia, Sarkozy, dijo: como se silbe otra vez La Marsellesa, se suspende el partido".

En este país tan dado a la tertulia televisiva se ha hablado largo y tendido de las palabras de 'Espe' y de la polémica que rodea al Athletic-Barça. El miércoles por la noche, en 'El gato al agua', ese programa de Intereconomía TV que rivaliza con Telemadrid en independencia y pluralismo de tendencias políticas, las declaraciones de Aguirre fueron uno de los temas estrella. Cómo no. 

Cristina Alberdi, habitual en esas tertulias, llegó a decir que en Francia se había suspendido algún partido por silbidos al himno nacional galo. Dudo que eso haya llegado a ocurrir. Si así hubiera sido, se encontrarían con facilidad noticias sobre el incidente. En lugar de eso, lo que encuentro son noticias sobre el cabreo monumental de los políticos franceses, que plantearon suspender los encuentros en los que se silbe a 'La Marsellesa', pero no que llegaran a hacerlo. 

En realidad, lo que Alberdi dijo lo piensan muchos españoles. Otra cosa es que haya ocurrido de verdad. Sigo buscando información y encuentro un artículo en 'El Economista' que habla de las "medidas contra las protestas anti-himno" que se deberán adoptar en caso de que vuelva a ocurrir algo similar en un estadio, pero en ningún momento se dice que esas medidas hayan llegado a adoptarse. Y en el mismo diario me topo después con un texto que revela algo que ignoro si ha llegado a oídos de 'Espe': en las finales de Copa de Inglaterra e Italia también se pitaron sus respectivos himnos nacionales



Es absurdo silbar contra un himno, pero tan absurdo como eso es escandalizarse por ello. Y más ridículo aún es querer copiar el ejemplo francés, país cuyo modelo de integración de las minorías ha significado un rotundo fracaso. Aunque para ocurrencias infantiles, la de otro tertuliano de 'El gato al agua', Jaime González, que proponía que todos los madrileños colocaran el día de la final de Copa una bandera de España en el balcón. La gente que piensa como este señor cree que todo el mundo debe hacer lo que ellos digan. Así nos va.





martes, 22 de mayo de 2012

Esperanza 'la Justiciera' quiere suspender la final de Copa

Esperanza Aguirre, aquella que en su día declaró ser admiradora "a muerte" de José Mourinho, ha vuelto a excederse en el ejercicio de sus funciones. La presidenta de la Comunidad de Madrid amaneció hoy con ínfulas de estadista justiciera, según demostró en una entrevista radiofónica en Onda Cero

'Espe' se autoconcedió potestades que no le corresponden y afirmó que la final de Copa del Rey, que se disputará -o eso parece todavía- el próximo viernes en el estadio Vicente Calderón de Madrid, se debería "suspender y celebrarse luego a puerta cerrada en otro lugar" si las aficiones de los dos equipos contendientes, Barcelona y Athletic Club, silban cuando suene la Marcha Real



La 'Lideresa' confesó llevar "mucho tiempo" pensando esto. Y yo que creía que en su agenda de presidenta regional había otras prioridades, en concreto los problemas de la comunidad que gobierna -ah, y también mejorar su ortografía-. Pero no, Esperanza ha preferido asumir las funciones que, en teoría, deberían corresponder a otros altos representantes del Estado. Por ejemplo, la delegada del Gobierno en Madrid o el ministro del Interior, que algo más sabrán de esto. O el ministro de Educación, Cultura y Deportes

Precisamente Aguirre ocupó este último cargo entre 1996 y 1999, cuando no le escandalizaron otros ultrajes a la Constitución Española, como la presencia masiva de banderas preconstitucionales en el campo del Real Madrid, que aún permanecen hoy. ¿Por qué no se le ocurrió clausurar el Bernabéu entonces? 

Por fortuna, su compañero de filas Antonio Basagoiti le recordó a 'Espe' que en la pasada final de la Europa League unos cuantos aficionados del Atlético de Madrid llevaban banderas con el aguilucho franquista y nadie habló de suspender aquel partido. Cosas de la libertad de expresión. 

Como español estoy en total desacuerdo con los planes de las plataformas independentistas, cuya acción no hace más que perjudicar la imagen de los clubes que creen que defienden. Pero la libertad de expresión vale para todos, siempre y cuando no se haga una clara apología de la violencia o de otros comportamientos incívicos. Silbar no es un acto vandálico, y está por ver si son tan mayoritarios los espectadores que lo harán -en un campo de fútbol no hace falta que sean muchos los que gritan para que sus voces se oigan-. Y tanto en el Barça como en el Athletic hay aficionados que pasan olímpicamente de la trifulca política y sólo pretenden disfrutar del juego de sus equipos. 

Y ya que 'Espe' habla de tomar medidas contundentes, esperemos a comprobar quién causa más problemas de orden público: si los que van a silbar en el Calderón o los que tienen autorización judicial para manifestarse antes del partido.




lunes, 21 de mayo de 2012

El Chelsea está en deuda con el fútbol, no al revés

Antes y después de la final de la Liga de Campeones he leído comentarios en algunos diarios digitales, tanto de periodistas como de lectores, diciendo que el fútbol le debía una al Chelsea. Absurdo. El fútbol puede deberle algo a la Hungría de Puskas, Kocsis y Czibor, a la Holanda de Cruyff o al Brasil de Zico y Sócrates, pero jamás al Chelsea. En todo caso, es el Chelsea el que ahora está en deuda con el fútbol. Lo mismo que la selección de Grecia. O el Inter de Mourinho, que hacía jugar a Samuel Eto'o de lateral derecho, una decisión similar a la de Di Matteo mutilando el talento de Juan Mata. Estos oscuros campeones robaron al fútbol lo que es suyo: la belleza. 



Hay quienes afirman que esa presunta deuda del fútbol con el equipo de Roman Abramovich se remonta a la final de la Champions 2008, cuando John Terry resbaló al chutar un penalti que, de haberlo marcado, hubiese dado el título a los 'blues'. Argumento igualmente absurdo. Todos los futbolistas que participaron en esa tanda lo hicieron en las mismas condiciones que Terry, sobre un césped que parecía un mar verde por culpa de la intensa lluvia. Si el capitán del Chelsea falló, la responsabilidad es suya, no del fútbol.

Otros 'comentaristas', a los que se les notan mucho los colores -o contra qué equipo van-, nos cuentan que el balompié le debe al Chelsea algo por aquella semifinal de 2009 frente al Barça. Esto es más insensato todavía. El nuevo campeón europeo no lo fue entonces por su cobardía. En ese partido, el árbitro Ovrebo les regaló la expulsión del barcelonista Abidal por una falta inexistente. En lugar de aprovechar su doble ventaja -la del marcador y la de jugadores en el campo-, el Chelsea se atrincheró atrás. Y, por mucho que insistan los defensores de esta actitud pusilánime, el gol que eliminó a los de Abramovich lo marcó Iniesta y no el árbitro.

No pretendo poner en duda la victoria del Chelsea en la Liga de Campeones 2011-2012. Fue el Bayern el que jugó al fútbol, pero también cometió esos errores imperdonables que siempre acaban pasando factura ante equipos-alambrada: la sustitución de uno de sus mejores hombres en ataque, Müller, autor del 1-0, para poner en su lugar a un central, Van Buyten -defensa por delantero, todo un complejo de Chelsea-. El penalti errado por Robben y sus diagonales a ninguna parte. La falta de entendimiento entre Olic y el propio Van Buyten, quien desperdició un pase para que marcara a puerta vacía... En la Copa de Europa siempre gana el mejor, y en su defecto, el menos malo. Esto fue lo que ocurrió el pasado sábado. 

sábado, 19 de mayo de 2012

Si los goles de Messi no sirven de nada, Mourinho tampoco

José Mourinho sigue embarcado en su particular cruzada por la concesión del Balón de Oro a Cristiano Ronaldo a falta de siete meses para finalizar el año. Debe de estar preocupado por lo que ocurra en lo que resta de 2012, no sea que algún otro futbolista se salga en la Eurocopa y en el comienzo de la próxima campaña y la elección del galardonado genere controversias. 

De momento, Mou se está empleando a fondo en demostrar que Leo Messi no lo merece -algo en lo que estoy de acuerdo, porque ya tiene tres y uno de ellos debió ser para Xavi o Iniesta-. El entrenador madridista defiende su postura argumentando que "Messi marcó 50 goles que no valieron para nada". Es verdad que los goles de 'la Pulga' no le dieron al Barça ninguno de los dos títulos ambicionados por el equipo, que son la Liga y la Liga de Campeones, pero, ya que el líder del club blanco se permite opinar y sentenciar acerca del asunto, desde aquí haremos lo mismo sobre él: ¿han servido para algo las dos temporadas de Mou en el banquillo del Real Madrid?

La respuesta está clara: para nada. Se le fichó para ganar la Liga de Campeones, algo que no ha conseguido y no será por falta de medios, habida cuenta de la pasta y los poderes que se le han otorgado. Ganó la Liga, sí, pero en su segundo año. A otros entrenadores del Madrid no se les concedió tanto margen de error

Bernd Schuster se llevó la Liga en su primera temporada como preparador madridista (2007-2008). Fabio Capello lo hizo dos veces: en la 96-97 y en su segunda venida, en la 2006-2007. Dos temporadas como novato en el banquillo del Bernabéu, dos títulos ligueros. Vicente del Bosque se hizo cargo de la plantilla mediada la campaña 1999-2000. No ganó la Liga -lo haría al año siguiente-, pero sí la Champions, algo que tiene mucho mérito, sobre todo cuando el equipo que se encontró estaba hecho unos zorros. 

Jorge Valdano, víctima de los delirios de grandeza de Mou, también figura entre los técnicos que se hicieron con la Liga en su primera temporada en Concha Espina. Y John Toshack. Y Leo Beenhakker. Hablo de los que mi edad me ha permitido ver, pero seguro que en épocas más remotas hubo otros casos. 

Mourinho tendrá muchos títulos en su haber, pero los más importantes los consiguió antes de llegar a su actual destino. Y no se le trajo para que nos contara todo lo que ha ganado, sino para ganarlo con el Madrid

Tras dos cursos en el Bernabéu, el tipo especial lleva dos títulos. En la primera temporada ganó la Copa del Rey, algo que no debió resultar muy satisfactorio cuando su eterno rival se proclamó campeón de Liga y de Europa. Dos años, dos trofeos. Su odiado Guardiola ganó tres en uno. En fin, Mou siempre elegirá recurrir a lo hecho antes de su llegada a España y recordarnos su triplete con el Inter. Otra cosa es quién se va a acordar de eso. Pero del triplete -y sextete- de Guardiola nos acordaremos todos los aficionados al fútbol.

lunes, 7 de mayo de 2012

Mourinho concede el Balón de Oro a Cristiano Ronaldo

Parece que la victoria madridista en el campeonato nacional de Liga tendrá importantes repercusiones internacionales a comienzos de 2013. Así se desprende de unas palabras de José Mourinho pronunciadas al comenzar el presente mes: "Si ganamos la Liga, Cristiano logrará el Balón de Oro". 

El entrenador y máximo dirigente del club de Concha Espina declaró en esa misma intervención ante la prensa algo más: "No me parece que en el Chelsea o en el Bayern haya alguien que pueda ganarlo". 

De lo afirmado por el señor especial se pueden extraer dos conclusiones. Una, que según él hay que ganar la Liga o la Liga de Campeones para que te den el Balón de Oro; y otra, que los torneos de selecciones nacionales no importan. 

La realidad nos dice respecto al Mundial y a la Eurocopa que éstos pesan cuando le da la gana a quienes conceden el galardón -la revista 'France Football' hasta 2009 y la FIFA desde 2010-. Sólo así se explica que en 2006 Fabio Cannavaro mereciera el premio por formar parte de la selección italiana, campeona del mundo aquel año, y que en 2010 no se considerase digno a Andrés Iniesta aun habiendo ganado con España lo mismo que Cannavaro con su país cuatro años antes. 



Y esa descarada discrecionalidad explica también que en 1996 ser integrante del equipo vencedor de la Eurocopa sí fuese tan fundamental como para conceder el Balón de Oro al alemán Matthias Sammer, pero el mismo honor no tuviera la menor importancia en 2008. Curiosa coincidencia con el agravio comparativo del anterior párrafo. Y no sería porque en la selección española que se proclamó campeona de Europa en Austria y Suiza no hubiese jugadores de sobrada calidad como para ganar el Balón de Oro. Voy a decir dos: Iker Casillas, por toda su trayectoria profesional y en especial por hacernos superar de una puñetera vez el bache de cuartos de final con unas cuantas paradas milagrosas; y Xavi Hernández, elegido mejor jugador del torneo continental. 

Sigamos hablando de 2008, año en el que se concedió el Balón de Oro a Cristiano Ronaldo. CR7 militaba entonces en el Manchester United, con el que ganó la Liga de Campeones y la Premier League esa temporada. Después hizo el ridículo con Portugal en la Eurocopa -lo que suele ocurrir desde que Figo, Deco y Rui Costa dejaron de sacarle las castañas del fuego-, pero esto no significó nada para 'France Football'. La revista gala personalizó en el luso los títulos del United -por lo visto, a ojos de esa publicación Wayne Rooney, Paul Scholes y Ryan Giggs no aportaron gran cosa- y le libró de responsabilidades en el fiasco de la selección portuguesa. 

En la situación actual del galáctico de Funchal hay otro punto coincidente con su historia de 2008. Entonces falló un lanzamiento en la tanda de penaltis de la final de la Champions, pero tuvo la suerte de que todos los demás compañeros que tiraron (Tévez, Carrick, Hargreaves, Nani, Anderson y el mencionado Giggs) cumplieran por él. Esta temporada, en la semifinal frente al Bayern, la superestrella volvió a fallar en la tanda decisiva, pero con la fortuna de que, pese a quedar el Madrid eliminado, todas las culpas se han cargado sobre Sergio Ramos.

Visto lo visto, es normal que Mou ya dé por hecho que el Balón de Oro 2012 será para su pupilo. Da exactamente igual lo que ocurra este verano en la Eurocopa. Si Cristiano se luce, se sumará otro argumento para su candidatura única. Y si fracasa, aquí no ha pasado nada. Al tiempo.

jueves, 3 de mayo de 2012

Guardiola cae en la trampa

Pep Guardiola se equivocó gravemente al poner peros en su felicitación al Real Madrid por su victoria en la Liga. Afirmar que "han pasado muchas cosas que hemos tapado con silencio" no es algo propio del todavía entrenador del Barcelona, sino de su homólogo madridista, todo un experto en cuestionar los éxitos de sus rivales para tapar así sus propios fracasos. No olvidemos que José Mourinho estuvo toda la temporada 2010-2011 y gran parte de la 2011-2012 -seguiría todavía hoy de no tener ya el título liguero en el bolsillo- inventándose películas contra el Barça. Guardiola ha preferido no interferir en el desarrollo de la presente temporada y esperar a que todo estuviese decidido para protestar, pero eso no le exime de las merecidas críticas por caer en la trampa justo cuando lo sencillo era no hacerlo.

El Barça tuvo en sus manos ponerse a un punto del Madrid el pasado 21 de abril. De haber ocurrido así, los de Guardiola habrían vencido, incluso si los blancos hubiesen sumado todos los puntos que quedaban por jugar: ser campeón perdiendo los dos duelos directos frente al Barça hubiera sido difícil de vender como una victoria madridista. Sin embargo, no se dio el caso y el Madrid ganó con merecimiento.

Quizá si los azulgrana no hubiesen jugado una segunda parte tan alocada y ansiosa frente al Chelsea ahora hablaríamos de una final de Liga de Campeones entre Bayern y Barça y la expresión fin de ciclo no estaría en boca de nadie. Pero lo visto en ese encuentro y en el Clásico demuestra que el recado de Guardiola está fuera de lugar y, sobre todo, de hora

Es cierto que el Barcelona perdió algunos puntos por decisiones arbitrales polémicas, pero también lo es que en esos casos hay que elegir entre hablar en el momento o callar para siempre. Parecía que Guardiola había optado por lo segundo, algo que le honraba porque iba acompañado de un reconocimiento de los propios errores como causa de la pérdida de puntos. Con sus declaraciones de ayer, la elegancia del pasado ha quedado en agua de borrajas. 

Lo peor para el Barcelona no es haber perdido la Liga y la Champions ni el adiós de Guardiola. Ni siquiera que su eterno rival haya ganado el principal torneo doméstico. Lo peor es que la victoria merengue hará olvidar algunos de los episodios más deplorables protagonizados por Mourinho y sus huestes. Desde el dedo en el ojo de 'Pito' hasta la impunidad de Pepe clavando sus tacos sobre la mano de Messi. Desde la agresión de CR7 al entrenador blaugrana -ocultada por una sensacional campaña de manipulación informativa- hasta los comportamientos más barriobajeros en el parking del Camp Nou. Tal vez Guardiola se acordaba de todo aquello mientras respondía a las preguntas de los periodistas. Aun así, debió morderse la lengua.