domingo, 29 de abril de 2012

Ramos es culpable, nunca Mourinho y sus protegidos

El Madrid de Mourinho va a ganar la Liga 2011-2012 y se agarrará a esa victoria como a un clavo ardiendo por dos motivos, uno más poderoso que el otro. El primero, por el evidente honor que supone ser campeón; el siguiente y más importante, porque servirá para tapar el nuevo fracaso de Mou y su subalterno Florentino en la Liga de Campeones.

Primer rival serio y se acabó lo que se daba. Ésa es la lectura que puede extraerse de la participación del 'Moudrid' en la presente Champions y también en la pasada temporada. En 2011 comenzó todo de maravilla frente al Olympique de Lyon, siguió sobre ruedas contra el Tottenham y se fue al garete ante el Barça en aquella eliminatoria siempre digna de recordar. Y en 2012, laureles y paseos militares sobre el CSKA de Moscú y el temible Apoel chipriota para acabar recibiendo una bofetada de realidad por parte del Bayern de Múnich. 

Los blancos comenzaron muy bien el partido de vuelta de las semifinales. El 2-0 en el primer cuarto de hora parecía dejar encarrilado el camino a la final, pero tras ello se notó la huella de Mou: ya estamos clasificados, para qué arriesgar nosotros si los que deben hacerlo son ellos. Es decir, el Madrid regaló el balón al Bayern y con ello comenzó a regalarle la eliminatoria, que acabaría de entregarle en los penaltis después de acabar con 2-1 el tiempo reglamentario y la prórroga. 

En Twitter ha habido un cachondeo generalizado con el penalti errado por Sergio Ramos en la tanda definitiva. Con un humor bastante facilón, multitud de 'tuiteros' se han despachado a gusto con el defensa, cargándole la responsabilidad de la eliminación del Madrid. De los lanzamientos desperdiciados por Cristiano Ronaldo y Lady Kaká -que cada uno acentúe la sílaba que quiera-, nada de nada. No importa que fuera CR7 el primer madridista en fallar, ni que el siguiente en pifiarla fuese un jugador que lleva tres años en modo 'ni está ni se le espera aunque costó 65 millones'. Por algo estos dos son estrellas y, como escribió ya hace mucho tiempo Santiago Segurola, las figuras tienen bula




Ramos es culpable. Es comprensible, dada la alergia de la mayoría de aficionados merengues a reconocer cualquier limitación del extraterrestre de Madeira. No sólo se olvidan del penalti fallado por el portugués, sino también de todas las faltas que se emperró en tirar a las manos de Neuer o a la grada, que en buena lógica deberían contabilizar como ocasiones estúpidamente perdidas

La censura sobre todo lo que pueda hablar negativamente del tipo de los 94 millones es algo inherente a gran parte de la prensa y afición madridistas. Los medios de la Real Manipulación personalizan en Cristiano las victorias -lo pudimos comprobar una vez más en el último Clásico, aunque el triunfo blanco realmente se cimentara en un notable trabajo colectivo- y le eximen de toda carga en las derrotas. Siempre ha sido así y nada indica que la cosa vaya a cambiar. 

Y Ramos también es culpable porque está prohibido que Mou lo sea. El 'Special One' nunca se equivoca, aunque entregara el balón y el partido al Bayern jugando en el Bernabéu. Mou nos cuenta que el calendario está muy apretado y que es muy complicado eso de ganar dos títulos la misma temporada. No debe de recordar entonces que él ganó tres justo antes de llegar a Concha Espina. Ah, y también está prohibido señalar a Pepe, ni siquiera por el penalti tan infantil que cometió sobre Mario Gómez. No sea que Mou se vaya a ofender. 

Quien sí ejerció la autocrítica en el Madrid fue Iker Casillas, al reconocer que "con el 2-0 cometimos el pecado de intentar aguantar el resultado". La respuesta no se ha hecho esperar y 'As' habla con total normalidad de que Mou busca un nuevo portero que "le pueda hacer competencia" al mostoleño. Como si Casillas necesitara luchar con un nuevo compañero para ser un guardameta competitivo. Mou está dispuesto a deshacerse de tipos incómodos para él. ¿Le apoyarán también en eso los medios afines?

El adiós de Guardiola alivia a la Central Lechera

Antes de agradecer a Pep Guardiola los cuatro años de fútbol maravilloso que nos ha regalado, me gustaría hacer unos breves apuntes sobre el Barcelona-Chelsea. Sólo pude ver la segunda parte, y lo que vi no me convenció. Demasiadas prisas, demasiados nervios, demasiada ansiedad por marcar y dejar resuelta la eliminatoria cuanto antes

Esa actitud no suele resultar frente a planteamientos ultradefensivos como el del Chelsea o el del Inter hace dos temporadas. El balón acabó estrellándose repetidas veces en la muralla levantada por el equipo visitante y no se crearon tantas ocasiones de gol como parece. Hubo muchas más, y muy claras, en la ida en Stamford Bridge, cuando el Barça sí jugó un magnífico partido en el que perdonó más de la cuenta y pagó carísimos sus errores. El precio que se suele abonar frente a los rivales tan diestros en colgarse de su propio larguero. 

No pretendo afirmar que el Chelsea merezca jugar la final -es prácticamente imposible que salga de mi boca un elogio hacia un equipo tan mezquino-. Lo que quiero decir es que el Barça debió ser menos previsible en la vuelta e intentar clasificarse jugando como lo había hecho en Londres. Estoy convencido de que los balones que no acabaron en la red de Cech entonces sí habrían entrado en las porterías del Camp Nou. 



En fin, ya es tarde para hablar de soluciones. Lo que toca ahora es elogiar a Pep por todos estos años. Dudo que vuelva a ver otro Barça como el de Guardiola, un conjunto a la altura de los más grandes de la historia. Fútbol prodigioso y victorias, todo lo que necesita un equipo que merezca ser recordado por los siglos de los siglos.

Desconozco si cuando el Madrid de Di Stéfano, el Brasil de Pelé, el Ajax de Cruyff o el Milan de Sacchi dominaban el panorama internacional existieron periodistas -esta última palabra es un decir- obsesionados por desprestigiar a los equipos que se ganaron el respeto y la admiración de todo el mundo con lo que demostraban cada vez que pisaban el terreno de juego. Hoy, ese periodismo-basura es el día a día en la prensa deportiva, y sus representantes están tremendamente felices con el adiós de Guardiola al Barcelona. Más que felicidad, lo que están experimentando es un enorme alivio por lo que supone la marcha del de Santpedor: un futuro incierto para el Barça y un camino más sencillo para el éxito de los mediocres

Sí, los Veletas, Ronceros y sucesores de Indalecio respiran tranquilos con Guardiola lejos del banquillo enemigo -quien disponga de tiempo suficiente para perderlo, que lea las sandeces que nos cuentan en sus últimas intervenciones-. También ha alcanzado la paz Julián Ruiz, que de tanto repetir que el Barça de Guardiola va a perder, pues va a resultar que perdió (varios años después, claro). Qué hábil es el periodista y productor musical. Todos los imperios mueren, Julián. Los que siempre perviven son los ineptos.





domingo, 22 de abril de 2012

Mourinho exige su foto en el escudo del Madrid

Me escribía ayer noche un amigo madridista muy interesado en conocer el contenido del post de hoy. Supongo que más bien querrá saber si hoy este blog tendría una nueva entrada. Aprovecho para despejar su duda y felicitarle a él y a su equipo por su victoria y por el título de Liga

Parece que mi amigo no se ha enterado de que éste no es un blog del Barça, sino un medio para denunciar la manipulación informativa contra los éxitos del equipo de Pep Guardiola que la prensa afín a Florentino Pérez viene practicando desde su regreso a los despachos de la Casa Blanca, y más en especial desde el fichaje del anti-Barça, José Mourinho. Si el blog estuviera dedicado a enaltecer al conjunto azulgrana, no se habrían publicado entradas como ésta o esta otra

El Madrid ayer supo anular al Barcelona y mereció el triunfo. En el deporte, saber perder es tan importante como saber ganar, y hasta en eso se diferencian Guardiola y Mourinho. El técnico blaugrana no dudó en felicitar al equipo rival tras el partido. En cambio, Mou ha recurrido a los comportamientos más barriobajeros y a las excusas más absurdas cuando se ha visto desbordado por el Barça. 

Otro detalle que los distingue es el trato a sus respectivas plantillas. En la rueda de prensa tras el derbi, Guardiola afirmó que "a estos jugadores no los cambio por nadie". Pero el ego de su homólogo madridista reacciona de manera muy diferente frente a sus pupilos ante la derrota, como cuando soltó aquello de la zona mixta y algunas ocurrencias más. 

Ayer por la noche vi en un vagón del metro de Madrid un chaval con una bufanda en la que el escudo del equipo blanco quedaba en mera anécdota, eclipsado por una efigie del 'Special One'. Todavía es pronto para hacer balance de la temporada, pero no me parece descabellado aventurar que este Real 'Moudrid' sigue el mismo camino que los demás clubes que el de Setúbal ha entrenado: los aficionados olvidan el fútbol y los colores del equipo para postrarse ante el sumo sacerdote. Todo indica que buena parte de la hinchada madridista desea parecerse al Chelsea o el Inter, un honor más que dudoso. Por el contrario, el Barça de Guardiola será recordado del mismo modo que el Milan de Sacchi, el Ajax de Cruyff o el propio Madrid de Di Stéfano










miércoles, 18 de abril de 2012

Fútbol y waterpolo en la Liga de Campeones

Comienzo a redactar este post sabiendo que buena parte de lo que voy a decir no agradará a algunos lectores habituales de este blog. También siendo consciente de que no viene muy a cuento porque debí escribirlo el pasado 4 de abril, día después de que el Barcelona eliminara al Milan en Liga de Campeones (3-1). Aun así, prefiero contar mi opinión sobre lo ocurrido entonces. Más vale tarde que nunca.

Tras empatar a cero en la ida en Milán, el Barça estaba obligado a ganar si quería pasar a semifinales. Con esa intención salió al campo, y a los 10 minutos obtuvo el premio a su juego de ataque por medio de un claro penalti sobre Messi que el mismo jugador se encargó de transformar. El gol en contra hizo despertar al Milan, que poco a poco empezó a crear peligro y sobresaltó al Camp Nou al empatar a la media hora de juego con un buen disparo cruzado de Nocerino. Y ya al borde del descanso, el árbitro señaló un nuevo penalti favorable al Barça (minuto 2:00 del siguiente vídeo): 



No pretendo poner en duda la victoria y la clasificación del Barcelona para semifinales, pero sí opino que penaltis como el de Nesta a Busquets no deberían pitarse. Agarrones como ése hay muchos, muchísimos, en cualquier partido, y si se señalasen todos ellos acabaríamos cada duelo con marcadores de waterpolo en lugar de resultados de fútbol. Para penaltis claros, el de Abbiati a Alexis en la ida que el árbitro no quiso pitar. Pero tampoco intento aplicar la ley de la compensación entre lo no sancionado en el área del Milan en la ida y lo castigado en la vuelta. 

 

Al grano. Lo que quiero decir es que la victoria del Barça sobre el Milan no me pareció tan contundente como la vieron los comentaristas de TVE. Comenzar la segunda parte por delante en el marcador permitió a los azulgrana jugar con el reloj a favor, y así les fue más sencillo imponer su juego de toque. Pero a mí, como aficionado, me hubiese gustado más presenciar una remontada del Barça en la segunda parte, y que demostrase que sabe mantener la calma en los momentos adversos. Estoy convencido de que los de Pep Guardiola habrían remontado ese 1-1, pero una decisión rigurosa del árbitro nos privó de ese espectáculo. 

No, el Barça que eliminó al Milan no me recordó al Barça que le endosó un 4-0 al Bayern de Munich en 2009 ni al mismo equipo que borró al Manchester United del campo en la final de ese año. Ni al que arrolló al Arsenal en los cuartos de 2010, con aquel ciclón en ataque en Londres (2-2) resuelto con brillantez en la vuelta (4-1). Ni al que venció al Madrid en el Bernabéu con esa sensacional carrera de Messi. Ni, por supuesto, al que ganó la primera Liga de Guardiola en el campo del eterno rival. Por citar algunos ejemplos de contundencia.



Es cierto que el de Nesta no fue el primer penalti de esas características señalado en un partido de élite. Recuerdo uno similar que le pitaron a Hierro en el España-Eire del Mundial 2002. Éste sí tuvo consecuencias, pues permitió a los irlandeses jugar la prórroga -aunque en la tanda de penaltis se impuso la selección española-. Sigo creyendo que penaltis como estos no deben pitarse, a no ser que haya agarrones continuos en cada jugada a balón parado por parte del equipo que defiende. Y pienso que no fue el caso ni en aquel España-Eire ni en este Barça-Milan. Eso sí, el ejemplo del penalti de Hierro sirve como argumento contra todos aquellos que todavía dan la vara con los presuntos favores arbitrales al Barça. Dudo que la federación irlandesa de fútbol tenga tanto peso en la FIFA como para que la favorezcan por decreto



Hablando de trato de favor, es curioso que para los Ronceros y similares sea indiscutible esa supuesta ayuda de la UEFA al Barça pero no digan ni pío de otras polémicas en la Liga de Campeones. Como la ocurrida un día después en el Chelsea-Benfica, con un penalti favorable a los 'blues' que entra perfectamente en el concepto de 'waterpolo' y, por si no fuera suficiente, los portugueses jugando 50 minutos con uno menos. Tengo claro qué dirían los medios de la Real Manipulación si en lugar del Chelsea hubiese sido el Barça el que se enfrentó al Benfica. 

En un rato, el Chelsea-Barça. He dejado intencionadamente para el final el elogio a los jugadores del Milan, que a excepción del indefinible Ibrahimovic felicitaron a los futbolistas del Barça por su clasificación. Mención especial para Clarence Seedorf, que en declaraciones a TVE mostró su desacuerdo por el penalti pitado a su compañero Nesta, pero teniendo la decencia de añadir que "no por esto hemos perdido". Palabras de un deportista con mentalidad ganadora que no necesita buscar excusas. Un jugador que personifica la esencia de su equipo. Seedorf y el Milan son diametralmente opuestos a quienes viven en la excusa continua para ocultar sus propios errores y limitaciones. Es decir, son contrarios a equipos y jugadores como los que protagonizan este último vídeo.










martes, 3 de abril de 2012

Barça, Athletic, Milan y Pepe

El Barcelona-Athletic del pasado sábado fue objeto de controversia por circunstancias ajenas a lo visto en el terreno de juego (2-0 favorable a los azulgrana). El horario del duelo, fijado para las 22.00 del 31 de marzo, suponía un auténtico quebradero de cabeza para los de Bilbao, que en la tarde-noche del jueves 29 habían disputado en la ciudad alemana de Gelsenkirchen un complicado partido de la Europa League frente al Schalke 04 (el Athletic ganó 2-4) y dispusieron de menos de 48 horas para descansar antes de vérselas con el Barça en Liga.

Con el fin de que sus jugadores pudiesen recuperarse del desgaste, la directiva del equipo vasco había solicitado a la del catalán posponer unas horas el choque, concretamente a las 12.00 del domingo 1 de abril. El Barça rehusó aceptar. Tenía una razón de peso para ello, pero algunos medios de comunicación prefirieron ignorarla y recalcar otras circunstancias. 

En su blog en la web de 'El Mundo', Jon Rivas habla del carácter catalán del Barcelona -"si no hay ganancia, pérdida segura", escribe el periodista- y denuncia que "nunca se ha visto un gesto de consideración del Barcelona para con el Athletic y seguramente, para con nadie". No se pregunta, sin embargo, si el apretado calendario del Barça permitía ese gesto de consideración.

Otro medio que subraya las distintas condiciones en las que azulgranas y 'leones' jugaron el partido del sábado es 'El Confidencial', que presta mucha atención al derroche físico de los bilbaínos el jueves -atención merecida, dicho sea de paso, porque la gran actuación del Athletic en la competición heredera de la UEFA es digna de elogio- pero, como sucede con Jon Rivas, no hace caso al motivo que propició la negativa del Barça a jugar el partido en el mediodía del domingo 1: tener que jugar el martes 3 su duelo de vuelta en Liga de Campeones contra el Milan

'Los culés, de compras por Milán mientras los 'leones' llegan 'fundidos'", tituló este diario digital, haciendo hincapié en la tarde libre que los futbolistas del Barça disfrutaron en la capital de Lombardía el jueves tras haber jugado el miércoles la ida de cuartos de final frente a los 'rossoneri' (0-0). Del partido de vuelta en el Camp Nou, mejor no hablar. 

Nadie va a negar que el Athletic se enfrentó al Barcelona en desigualdad de condiciones. Es injusto que un equipo no disponga siquiera de 48 horas para descansar entre partido y partido. Pero ¿sería justo que el Barça jugara el domingo por la mañana teniendo que enfrentarse al Milan hoy martes cuando el propio Milan jugó su partido de liga el sábado?

En el Barça-Athletic, ninguna solución sería equilibrada. Si se atendían las peticiones de uno, quedaría perjudicado el otro. Pero los medios han señalado al Barça como culpable. Yo creo que, puestos a buscar responsables, habría que apuntar a la UEFA. El Milan-Barça se jugó un miércoles, lo mismo que el Marsella-Bayern. El Apoel-Madrid y el Benfica-Chelsea, el martes. ¿Por qué los que jugaron la ida un miércoles tienen que disputar la vuelta el martes de la semana siguiente, mientras los que jugaron la ida un martes dirimirán su eliminatoria el miércoles de la semana posterior? ¿No sería más lógico que los que jugaron en miércoles vuelvan a hacerlo al miércoles siguiente y que los que lo hicieron en martes se vuelvan a encontrar el martes siguiente? 

Las fechas elegidas por la UEFA son difíciles de entender, como la sandez de repartir los partidos de octavos de final de Liga de Campeones en un mes -en esta edición, los primeros de ida se disputaron el 14 de febrero, y los últimos de vuelta, el 14 de marzo-. Hasta 2009, todos los equipos clasificados para octavos disputaban los partidos la misma semana: partido de ida, semana de descanso y partido de vuelta. Era lo razonable. Ahora, se necesitan cinco semanas para algo que puede solucionarse en tres. 

Nunca sabremos si el Barça hubiera aceptado jugar el domingo con el Athletic de tener que medirse al Milan mañana en lugar de hoy. Pero al menos habrá que concederle el beneficio de la duda.

Decía en el primer párrafo que el Barça-Athletic fue objeto de controversia por circunstancias ajenas a lo visto en el terreno de juego. Hay una excepción: el penalti señalado sobre el barcelonista Tello fue más que riguroso y, en mi opinión, no hubiera pasado nada si el árbitro no lo hubiese pitado. No obstante, también es cierto que en el Milan-Barça hubo dos penaltis en el área local que el colegiado no señaló: el derribo de Abbiati a Alexis y el agarrón de Mesbah a Puyol


 

¿Cuál fue la reacción del propio Puyol, capitán azulgrana, sobre esas jugadas polémicas? Afirmar que "no hay que buscar excusas". ¿Qué hubiera ocurrido de ser el Madrid de Mourinho y Pepe el equipo afectado por dos jugadas como ésas? Visto el ataque de nervios madridista tras su empate en Villarreal, no cuesta imaginarlo