jueves, 3 de mayo de 2012

Guardiola cae en la trampa

Pep Guardiola se equivocó gravemente al poner peros en su felicitación al Real Madrid por su victoria en la Liga. Afirmar que "han pasado muchas cosas que hemos tapado con silencio" no es algo propio del todavía entrenador del Barcelona, sino de su homólogo madridista, todo un experto en cuestionar los éxitos de sus rivales para tapar así sus propios fracasos. No olvidemos que José Mourinho estuvo toda la temporada 2010-2011 y gran parte de la 2011-2012 -seguiría todavía hoy de no tener ya el título liguero en el bolsillo- inventándose películas contra el Barça. Guardiola ha preferido no interferir en el desarrollo de la presente temporada y esperar a que todo estuviese decidido para protestar, pero eso no le exime de las merecidas críticas por caer en la trampa justo cuando lo sencillo era no hacerlo.

El Barça tuvo en sus manos ponerse a un punto del Madrid el pasado 21 de abril. De haber ocurrido así, los de Guardiola habrían vencido, incluso si los blancos hubiesen sumado todos los puntos que quedaban por jugar: ser campeón perdiendo los dos duelos directos frente al Barça hubiera sido difícil de vender como una victoria madridista. Sin embargo, no se dio el caso y el Madrid ganó con merecimiento.

Quizá si los azulgrana no hubiesen jugado una segunda parte tan alocada y ansiosa frente al Chelsea ahora hablaríamos de una final de Liga de Campeones entre Bayern y Barça y la expresión fin de ciclo no estaría en boca de nadie. Pero lo visto en ese encuentro y en el Clásico demuestra que el recado de Guardiola está fuera de lugar y, sobre todo, de hora

Es cierto que el Barcelona perdió algunos puntos por decisiones arbitrales polémicas, pero también lo es que en esos casos hay que elegir entre hablar en el momento o callar para siempre. Parecía que Guardiola había optado por lo segundo, algo que le honraba porque iba acompañado de un reconocimiento de los propios errores como causa de la pérdida de puntos. Con sus declaraciones de ayer, la elegancia del pasado ha quedado en agua de borrajas. 

Lo peor para el Barcelona no es haber perdido la Liga y la Champions ni el adiós de Guardiola. Ni siquiera que su eterno rival haya ganado el principal torneo doméstico. Lo peor es que la victoria merengue hará olvidar algunos de los episodios más deplorables protagonizados por Mourinho y sus huestes. Desde el dedo en el ojo de 'Pito' hasta la impunidad de Pepe clavando sus tacos sobre la mano de Messi. Desde la agresión de CR7 al entrenador blaugrana -ocultada por una sensacional campaña de manipulación informativa- hasta los comportamientos más barriobajeros en el parking del Camp Nou. Tal vez Guardiola se acordaba de todo aquello mientras respondía a las preguntas de los periodistas. Aun así, debió morderse la lengua. 










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